El coaching personal ayuda a franquear con facilidad los momentos difíciles y/o claves de la vida: orientación escolar o de estudios, independizarse, un accidente, elegir una profesión, un problema de salud, divorcio, pérdida de empleo, jubilación…
La creencia popular o las ideas recibidas afirman demasiado a menudo que es necesario estar pasando por un mal momento para recurrir a un coach. En realidad, la mayoría de las personas que hoy en día solicitan el apoyo de un coach son personas normales que simplemente buscan una vida mejor gestionada, que quieren desenvolverse mejor o que piensan que pueden desarrollarse personal y profesionalmente de una forma equilibrada y quizá son conscientes de la necesidad de adaptarse a los cambios de la vida de una forma flexible y permanente.
Del mismo modo las demandas aparecen cuando hay una fecha de vencimiento en algún asunto en la que hay que tener todas las oportunidades de tu lado, cuando hay un proyecto en curso que cojea o una situación que no se está llevando bien y se está volviendo poco a poco insoportable.
Las indicaciones del coaching personal son muy variadas y se relacionan con todas las áreas de tu existencia. Puedes solicitar un acompañamiento a medida en distintos casos y por razones muy diferentes:
- En el plano personal: mejorar tu comunicación y tus relaciones, definir y conseguir tus objetivos, aprender a controlar el estrés y la ansiedad, trabajar tus recursos (confianza, estima, autoafirmación) aumentar tu creatividad, aclarar una situación o un problema, ayudar a resolver tus conflictos internos, deshacerte de un comportamiento limitador, canalizar tus pensamientos negativos…
- En el plano de pareja o familiar: mejorar la comunicación y las relaciones en la pareja, acabar con rencores, celos y secretos de familia, olvidar la rigidez relacional entre padres e hijos, negociar con flexibilidad los reveses de la vida, situaciones de crisis, reconstruir un equilibrio en el marco familiar…
- En el plano profesional: tener una orientación profesional atractiva y estimulante, desarrollar habilidades olvidadas, encontrar un trabajo o un empleo después de licenciarse o de perder el empleo, equilibrar la vida privada con la vida profesional, volver a encontrar el placer de la acción, saber llevar el estrés, sobrellevar las cada vez más exigentes condiciones de trabajo, arreglar los problemas de agresividad en el trabajo (jerarquía, colegas y colaboradores)…
- En el plano de las relaciones sociales: comprender y profundizar en los cambios y la evolución de costumbres y valores, sobreponerse a las dificultades de encontrarse a gusto en la sociedad, saber expresarse ante un grupo, enriquecer la red relacional…
- En el plano del entorno: llevarse bien con un vecindario delicado, peligroso, que presiona, saber llevar el miedo y la ansiedad cara a contexto y actos de violencia y de incivilización, mantenerte firme frente a injusticias y desequilibrios de todas clases…